miércoles, 20 de febrero de 2013

LA FORMACIÓN DE LA TIERRA Hace aproximadamente 5.000 millones de años, según calculan los cosmólogos, la estrella que es nuestro sol comenzó su existencia. De acuerdo con la teoría actual, el Sol se formó como otras estrellas a partir de la acumulación de partículas de polvo y gases de hidrógeno y helio, que formaban remolinos en el espacio entre las estrellas más viejas. La inmensa nube que se convertiría en el Sol, se condensó gradualmente a medida que los átomos de hidrógeno y de helio eran atraídos unos a otros por la fuerza de la gravedad y caían en el centro de la nube, cobrando velocidad mientras caían. Cuando la aglomeración se hizo más densa, los átomos se movieron más rápidamente, más átomos chocaban unos contra otros y el gas de la nube se tornó más y más caliente. A medida que la temperatura se elevaba, se intensificó la violencia de las colisiones hasta que los átomos de hidrógeno chocaron con tal fuerza, que sus núcleos se fusionaron formando átomos de helio adicionales y liberando energía nuclear. Esta reacción termonuclear aún ocurre en el corazón del sol y es la fuente de energía que se irradia desde su incandescente superficie. Según la teoría actual, los planetas se formaron a partir de los restos del gas y del polvo que giraban alrededor de la estrella recién formada. Al comienzo, las partículas deben haberse reunido al azar, pero a medida que la masa aumentaba de tamaño otras partículas comenzaron a ser atraídas por la gravedad de las masas más grandes. El torbellino de polvo y las esferas en formación continuaron girando alrededor del Sol hasta que finalmente, cada planeta hubo limpiado por completo su propia órbita, recogiendo la materia suelta, a la manera de una bola de nieve gigantesca. La órbita más cercana al sol fue recorrida por Mercurio, la siguiente por Venus, la tercera por la Tierra, la cuarta por Marte, y así sucesivamente hasta Neptuno y Plutón, el más distante de los planetas. Se estima que los planetas incluyendo a la Tierra, han comenzado su existencia hace aproximadamente 4.600 millones de años. Durante el tiempo en que la Tierra y otros planetas estaban formándose, la liberación de energía a partir de materiales radiactivos mantenía sus interiores muy calientes. Cuando la Tierra aún estaba tan caliente que era principalmente un líquido, los materiales más pesados se reunieron en un centro denso, cuyo diámetro es aproximadamente la mitad del diámetro del planeta. Apenas se agotó la existencia de polvo estelar, piedras y rocas más grandes, el planeta dejó de crecer. A medida que la, superficie de la Tierra se enfriaba, fue formándose una corteza externa, una cáscara tan delgada como la de una manzana. Las rocas más viejas de esta capa datan, segundos métodos isotópicos, de hace 4.100 millones de años, aproximadamente. Sólo 50 kilómetros por debajo de su superficie, la Tierra está aún caliente y una pequeña fracción de ella todavía está derretida. Vemos evidencia de esto en las erupciones volcánicas ocasionales que expulsan lava (roca fundida) a través de los puntos débiles de la corteza terrestre; o en los géiseres que arrojan hirviendo el agua que se había escurrido gradualmente hacia el interior de la Tierra. La biósfera es la parte del planeta en la cual existe vida. Forma una película delgada sobre la capa más externa y se extiende sólo entre 8 y 10 kilómetros en la atmósfera y aproximadamente la misma distancia en las profundidades del mar.